Mediación familiar

La mediación familiar es un método que permite que las personas se escuchen y puedan dialogar. Todo ello para encontrar las alternativas consensuadas más beneficiosas para todos y evitar recurrir al ámbito judicial para resolver las diferencias. Se desarrolla dentro de un contexto confidencial, extrajudicial y adaptado a las necesidades de cada grupo familiar. Si bien la mediación familiar se utiliza en una variedad de situaciones, es particularmente relevante en los casos de divorcio. Hablamos de una situación de una gran complejidad emocional y las decisiones cruciales que deben tomarse en beneficio de toda la familia. Entre ellas la custodia de los hijos, la división de bienes y la planificación del futuro de los menores.

El mediador, desde una posición imparcial y neutral, será el encargado de garantizar un entorno seguro a nivel legal y emocional, voluntario y absolutamente respetuoso para que cada familiar pueda exponer sus necesidades y argumentos.

Donde más se utiliza la mediación familiar es en los divorcios ya que son circunstancias emocionales muy complejas e intensas. Situaciones donde los progenitores tienen que tomar decisiones que implican a toda la familia. (Custodia, domicilio familiar, división patrimonial, elección de colegio, comuniones…).

Este proceso puede implementarse en diversas etapas del conflicto, ya sea antes de recurrir a los tribunales, durante los procedimientos judiciales o después de que se hayan emitido las resoluciones legales. Se utiliza ampliamente en casos de separación y divorcio, disputas relacionadas con la herencia, decisiones sobre el cuidado de familiares dependientes y personas mayores. También en la gestión de empresas familiares y conflictos entre padres e hijos que afectan la convivencia familiar.

Es un procedimiento que se puede utilizar en cualquiera de las fases en las que se encuentre el conflicto familiar, antes de que llegue al juzgado, durante el desarrollo de los procesos judiciales o después de las resoluciones.

Se utiliza fundamentalmente:

  • En los procesos de separación y divorcio.
  • En los desacuerdos relacionados con el reparto de la herencia.
  • En las decisiones relacionadas con los cuidados de familiares dependientes y padres mayores.
  • En la gestión de empresas familiares.
  • En conflictos entre padres e hijos que deterioran la convivencia familiar.

Mediación familiar

La mediación familiar es un método que permite que las personas se escuchen y puedan dialogar. Todo ello para encontrar las alternativas consensuadas más beneficiosas para todos y evitar recurrir al ámbito judicial para resolver las diferencias. Se desarrolla dentro de un contexto confidencial, extrajudicial y adaptado a las necesidades de cada grupo familiar. Si bien la mediación familiar se utiliza en una variedad de situaciones, es particularmente relevante en los casos de divorcio. Hablamos de una situación de una gran complejidad emocional y las decisiones cruciales que deben tomarse en beneficio de toda la familia. Entre ellas la custodia de los hijos, la división de bienes y la planificación del futuro de los menores.

El mediador, desde una posición imparcial y neutral, será el encargado de garantizar un entorno seguro a nivel legal y emocional, voluntario y absolutamente respetuoso para que cada familiar pueda exponer sus necesidades y argumentos.

Donde más se utiliza la mediación familiar es en los divorcios ya que son circunstancias emocionales muy complejas e intensas. Situaciones donde los progenitores tienen que tomar decisiones que implican a toda la familia. (Custodia, domicilio familiar, división patrimonial, elección de colegio, comuniones…).

Este proceso puede implementarse en diversas etapas del conflicto, ya sea antes de recurrir a los tribunales, durante los procedimientos judiciales o después de que se hayan emitido las resoluciones legales. Se utiliza ampliamente en casos de separación y divorcio, disputas relacionadas con la herencia, decisiones sobre el cuidado de familiares dependientes y personas mayores. También en la gestión de empresas familiares y conflictos entre padres e hijos que afectan la convivencia familiar.

Es un procedimiento que se puede utilizar en cualquiera de las fases en las que se encuentre el conflicto familiar, antes de que llegue al juzgado, durante el desarrollo de los procesos judiciales o después de las resoluciones.

Se utiliza fundamentalmente:

  • En los procesos de separación y divorcio.
  • En los desacuerdos relacionados con el reparto de la herencia.
  • En las decisiones relacionadas con los cuidados de familiares dependientes y padres mayores.
  • En la gestión de empresas familiares.
  • En conflictos entre padres e hijos que deterioran la convivencia familiar.
Logotipo Gemma Fernández
¿Necesitas ayuda?

Estoy aquí para ti, ¡hablemos!